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Yuyos comestibles (Parte II): cómo y por qué consumir ortiga

El aporte nutricional de esta planta y sus componentes son benéficos para la salud y muy requeridos en cosmética natural 

Por Chama M. Nóbile

Prosiguiendo con la consigna planteada en la edición anterior, me propongo difundir las bondades de las mal llamadas “malezas” que, para sorpresa de muchos, pueden aportar incluso más nutrientes y vitaminas que verduras más convencionales como la espinaca o la acelga. Hoy vamos a referirnos a la “odiosa” ortiga una hierba muy buscada por sus propiedades muy interesantes para la salud corporal tanto interna como externa.

¿Alguna vez se te pasó por la cabeza comer fideos de ortiga? Si la pregunta te sorprende acá te cuento por qué debés mirar con más cariño a este “yuyo” que provoca tanto malestar si nos sentamos sobre él o lo rozamos sin querer.

La ortiga es originaria de Europa, aunque puede hallarse en casi toda América desde el Caribe hasta Tierra del Fuego. Con frecuencia esta “bueneza” gana terreno en patios y potreros y suele aparecer como planta rústica y considerarse como maleza molesta en huertas y jardines.

A pesar de ser muy agresiva al tacto por los ácidos que posee y que provocan urticaria, enrojecimiento de la piel y ronchas, históricamente es utilizada por sus múltiples bondades tanto en la cocina como en la medicina. A nivel mundial se la conoce como la “planta de los ciegos”, por ser de fácil reconocimiento táctil. Lejos de ser una “mala hierba”, gracias a los beneficios que aporta su uso tópico y consumo de diferentes maneras, es un producto muy solicitado.

La ortiga pertenece a la familia de las urticas, y suele formar un arbusto que no alcanza una altura mayor a los 60 centímetros.

Vitaminas y minerales

Esta planta de color verde oscuro posee vitaminas A, C y K, así como varias vitaminas del grupo B. También es fuente de minerales como el calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio y sodio. Posee ácidos linoleico, linolénico, palmítico, esteárico, fólico y oleico y contiene aminoácidos esenciales. Por los polifenoles y flavoniodes que posee, así como sus pigmentos de la familia de los carotenoides es rica en nutrientes antioxidantes muy benéficos al organismo. También es rica en clorofila.

Puede consumirse tras “blanquear” sus partes verdes en agua hirviendo, de modo que se desprendan las vellosidades que causan la urticaria si se manipulan sus hojas cuando están verde o secas. Al pasar por un proceso de cocción puede incorporarse a rellenos, sopas, pestos, en la masa de pastas o en tortillas.

También funciona de forma externa como un tratamiento para problemas circulatorios, lumbagos y dolencias de alto valor muscular. Además, es utilizado como astringentes para detener hemorragias externas y uterinas.

Tiene un efecto inhibitorio a nivel sanguíneo, dado que baja los niveles de azúcar en la sangre (glucemia) y disminuye la presión arterial. Es utilizada para tratar la anemia ferropénica ya que favorece la absorción del hierro. Además, se usa para limpiezas a nivel interno porque sirve como un depurativo, ideal para problemas de estreñimiento y congestión, entre otros.

Se utiliza a nivel dermatológico para tratar problemas de caída de cabello, debilidad de la fibra capilar así como otros problemas del cuero cabelludo tales como la caspa y la seborrea.

Tiene un alto poder antiinflamatorio para el tratamiento de artritis, las hemorroides, problemas de próstata e inflamaciones internas generalizadas.

Tiene una función antihemorrágica, para el tratamiento tanto de hemorragias a nivel interno y externo, y sus propiedades diuréticas son ideales para afecciones leves relacionadas con los riñones.

Es uno de los pocos elementos naturales con un alto poder histamínico, capaz de mejorar en gran proporción los cuadros alérgicos ante diferentes agentes.

Tiene un alto poder a nivel tegumentario, utilizado para tratar problemas de la piel como manchas y acné, o enfermedades más avanzadas como la dermatitis. Funciona como un expectorante eficaz en el tratamiento de enfermedades infecciosas de pecho.

Es un potente antioxidante que elimina los radicales libres en las membranas celulares, y como consecuencia previene la vejez. Se usa en la industria cosmética para productos de belleza en la elaboración de cremas y lociones. La fitomedicina la utiliza a través de tinturas madre e infusiones. Tiene poder analgésico, para la reducción de las dolencias y atrofias a nivel de la musculatura esquelética.

La infusión de ortiga administrada unos minutos antes de las comidas es una excelente forma de otorgar saciedad y es una buena fuente de energía. Además, contiene abundante fibra que ayuda a combatir el estreñimiento y alivia el tránsito intestinal.

Tiene propiedades diuréticas que permiten eliminar toxinas. También ayuda a proteger el estómago, la producción de bilis y favorece la digestión.Previene la anemia. Contiene hierro, que ayuda a combatir la anemia y favorece la producción de glóbulos rojos. Favorece la cicatrización. Tiene efectos antibacterianos. A esto se añade la presencia de flavonoides y polifenoles que favorecen la regeneración celular.

Formas de uso

Esta planta medicinal es aprovechada casi en su totalidad, debido a que cada parte cumple una función de las antes mencionadas en particular. Se puede tomar silvestre o que haya cumplido un proceso de secado previo, este último, es especial para la elaboración de té e infusiones.

Es importante tener en cuenta que la planta a utilizar debe provenir de un espacio donde no se hayan utilizado agrotóxicos o que se encuentre cerca de excrementos u orina de animales para evitar efectos secundarios o intoxicaciones graves.

De la ortiga podemos utilizar todo (previo lavado): hojas, tallos y raíces. Con ellas podemos elaborar alimentos, infusiones, aceites medicados, tintura madre e hidroglicerinados para formulaciones cosméticas.

Los beneficios de la ortiga no terminan ahí ya que también es una planta usada en la huerta. Los residuos orgánicos de ortiga son conocidos por repeler plagas y curar a nuestras plantas. Aunque no se suele cultivar en las zonas donde se da naturalmente, sí que se hace en otras.

La ortiga, un “yuyo” tan abundante como benéfico

El té de ortiga se puede hacer con hojas tanto secas como frescas. Colocamos una cucharaditas de estas hojas en una proporción de una taza de agua, más o menos unos 200 ml, que no haya llegado a hervir y dejamos infusionar de 5 a 10 minutos. Se suele recomendar una dosis de dos tazas al día antes de la comida.

Contraindicaciones del consumo de ortiga

Esto depende directamente de las patologías que tenga una persona, dado que su composición química extensa y exponencial lo hace beneficioso para algunos pero perjudiciales para otros. Es por ello que antes de ser consumida se deben poner todas las opciones médicas en consideración para saber si es factible o no consumirla.

No se recomienda el consumo de ortiga en personas que padecen hipotensión (presión arterial baja); tampoco en caso de insuficiencia de tipo renal ni con insuficiencia cardíaca, porque puede generar trastornos mayores o interrumpir directamente con algún tratamiento farmacológico establecido.

Está determinantemente prohibido su uso en embarazadas ya tiene una serie de hormonas que pueden inducir a la expulsión del feto antes de tiempo. A las mujeres en período de lactancia si está recomendado su consumo ya que las hormonas que posee favorecen la producción de leche.

Te propongo seguir conociendo el fascinante mundo de los yuyos. ¡Nos encontramos en la próxima entrega!

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