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El extravío del saber en la experiencia de la salud mental

Por Nahuel Cravero, psicólogo -Mat 4915- presentado en Maestría de Salud Mental dictada en el Instituto Universitario Italiano de Rosario (Iunir)

En el vasto campo de la salud mental, donde se exploran las complejidades de la mente humana, surge una premisa provocada: ¿Qué valor tiene el encarnizamiento del saber si no conlleva también el extravío del que conoce? Esta interrogante, planteado por Michel Foucault en su obra “Historia de la sexualidad 2. El uso de los placeres”, nos invita a reflexionar sobre la importancia de pensar de forma distinta y percibir de manera diferente para seguir contemplando y reflexionando en el ámbito de la salud mental.

En mi experiencia personal, me he sumergido en la comprensión de los trastornos de ansiedad y cómo estos surgen en la vida de las personas que los padecen. No pretendo realizar una descripción fenomenológica o una crónica detallada, sino más bien explorar esta vivencia desde las categorías teóricas pertinentes y compartir cómo esta experiencia ha transformado mi manera de trabajo.

Desde una perspectiva foucaultiana, escribir sobre esta experiencia implica “decir lo que se ve” y “dar a ver al decir lo que se ve”. Es un acto de liberación de la demostración de la verdad, donde el objetivo no es buscar certezas absolutas, sino generar un espacio para la transformación del pensamiento. Al explorar los trastornos de ansiedad, me adentré en los estudios de autores como Sigmund Freud y Carl Jung, quienes han brindado marcos teóricos sólidos para comprender los procesos mentales involucrados.

Sin embargo, me di cuenta de que la rigidez de estas teorías no siempre se ajustaba a la realidad de las personas que luchaban contra la ansiedad. Fue a través de la interacción con los pacientes y sus historias de vida que comenzaron a cuestionar las concepciones tradicionales y a abrirme a nuevas formas de pensar. La premisa que surgió de esta experiencia es la siguiente: “La comprensión de los trastornos de ansiedad requiere ir más allá de las teorías establecidas y considerar la singularidad de cada individuo”.

Esta premisa, que inicialmente puede parecer contraria al riguroso saber científico, se basa en la convicción de que cada persona es única y, por lo tanto, su experiencia con la ansiedad también lo es. En mi experiencia clínica, pude explorar en la lectura de diversas teorías y enfoques alternativos que han ampliado mi perspectiva. Autores contemporáneos, que colocan su enfoque en el trauma, y en la vulnerabilidad de las personas, han desafiado mis concepciones anteriores y me han llevado a considerar nuevos enfoques en el tratamiento de la ansiedad.

Al abandonar la búsqueda de una verdad única y abrazar la diversidad de experiencias, pude establecer conexiones más profundas con mis pacientes y comprender que el camino hacia la recuperación es tan único como cada individuo. Esto no significa desechar por completo los fundamentos teóricos, sino más bien integrarlos en un marco más amplio y flexible que tenga en cuenta la subjetividad de cada persona.

En resumen, la experiencia de adentrarse en el campo de la salud mental me ha llevado a cuestionar y desafiar mis propias creencias y concepciones previas. Al principio, estaba imbuido en un enfoque rígido y basado en teorías establecidas, lo cual limitaba mi comprensión y capacidad para ayudar a mis pacientes de manera efectiva. Sin embargo, a medida que me sumergía en las historias de vida y las experiencias individuales de las personas que luchan contra los trastornos de ansiedad, comencé a darme cuenta de la importancia de ir más allá de las teorías preexistentes y considerar la singularidad de cada individuo.

Este proceso de exploración y apertura me llevó a descubrir a autores contemporáneos y teorías alternativas que ampliaron mi perspectiva. Por ejemplo, el trabajo de Bessel van der Kolk sobre el impacto del trauma en la salud mental me permitió comprender que la ansiedad puede tener raíces más profundas y complejas que van más allá de las tradicionales. Además, las investigaciones de Brené Brown sobre la vulnerabilidad y la conexión humana. Estas lecturas ampliaron junto con el enfoque de la Psicología Social de Enrique Pichon Riviere, quien nos plantea que cada persona está en un vínculo permanente con su entorno y el cual se debe realizar de una forma dialéctica para poder modificar-se y modificar su alrededor, me enseñaron a valorar la importancia de establecer relaciones auténticas con mis pacientes.

A medida que integraba estos nuevos enfoques en mi práctica, comencé a notar cambios significativos tanto en la forma en que me relacioné con mis pacientes como en los resultados de su tratamiento. La comprensión de que cada persona es única y que su experiencia con la ansiedad es personal y subjetiva se convirtió en un pilar fundamental de mi enfoque terapéutico.

La escritura ha sido una herramienta invaluable en este proceso de transformación. A través de la reflexión y la expresión de mis pensamientos y experiencias, puedo consolidar y profundizar mis conocimientos en el campo de la salud mental. La escritura ensayística me ha permitido en esta ocasión no solo comunicar mis ideas, sino también explorar nuevas perspectivas y desafiar mis propias creencias arraigadas.

En mi travesía por el campo de la salud mental, aprendí que el saber encarnizado, centrado únicamente en adquirir conocimientos y estabilizar dentro de los límites establecidos, puede limitar nuestra comprensión y empatía hacia aquellos que sufren trastornos de ansiedad. Al adentrarme en las historias personales de mis pacientes, me dí cuenta de que sus experiencias son vastas y complejas, y que no pueden ser reducidas a categorías simples o teorías preexistentes.

El extravío del saber se ha convertido en mi guía, permitiéndome explorar nuevos enfoques y perspectivas que van más allá de los límites tradicionales. Al cuestionar las concepciones establecidas, descubrí autores contemporáneos cuyos trabajos desafían los paradigmas existentes y ofrecen una visión más completa de los trastornos de ansiedad.

Además, el trabajo de Brené Brown sobre la vulnerabilidad ha sido fundamental para comprender la complejidad emocional de las personas que luchan contra la ansiedad. Sus investigaciones han revelado que la vulnerabilidad y la conexión emocional son elementos esenciales en el proceso de curación. Esta comprensión me ha llevado a fortalecer los lazos transferenciales en el consultorio que generan un ambiente de confianza y apoyo donde mis pacientes se sientan seguros para explorar sus miedos y vulnerabilidades.

En resumen, el extravío del saber en el campo de la salud mental ha sido una experiencia liberadora y enriquecedora. Al cuestionar las concepciones establecidas y explorar nuevas perspectivas teóricas, ha sido capaz de ampliar mi comprensión y ofrecer a mis pacientes un enfoque más dialéctico, holístico y personalizado. La escritura ha sido mi herramienta para procesar y reflexionar sobre estas experiencias, permitiéndome transformar mi forma de pensar y enriqueciendo mi práctica profesional. Al abrazar el extravío del saber, me convirtió en un terapeuta más receptivo y adaptable, capaz de responder de manera más efectiva a las necesidades únicas de aquellos que buscan ayuda en el campo de la salud mental.

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