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Plantas medicinales: mitos y verdades del “falso boldo”, una suculenta que mal empleada puede ser mortal

Se trata de una planta muy común en los jardines que es confundida con el verdadero boldo y que su consumo indiscriminado puede derivar en intoxicaciones graves

Por Chamma M. Nóbile

Adentrarse en el mundo de la fitoterapia conlleva experiencias fascinantes en cuanto a conocimiento de los “yuyitos” y plantas que nos rodean, así como algunas sorpresas sobre saberes que se trasmiten de boca en boca y que, mal interpretados, pueden acarrear consecuencias muy serias para quien manipula o ingiere ciertos preparados.

No me canso de insistir en que nos grabemos a fuego esta frase: “natural no es sinónimo de inocuo”. Por eso hoy les voy a contar sobre una plantita muy común en nuestros jardines y que se la conoce vulgarmente como planta de “boldo”, “buscapina”, “sertal”, “paracetamol” o “boldo brasileño”, entre otros.

El motivo que me lleva a hablar de esta planta suculenta cuyo nombre científico es Plectranthus Ornatus o Neochilus, es que conozco a muchas personas que la usan para tratar sus indigestiones, ignorando que, mal empleada, puede ser muy tóxica y hasta mortal.

Qué es el boldo

Primero debo aclarar que el boldo no es una planta rastrera. Al contrario, es un árbol de crecimiento lento que puede superar varios metros de altura y que la bibliografía lo sitúa como originario de Sudamérica, especialmente distribuido en Chile, Argentina y Perú. Su nombre científico es Peumus boldus y pertenece a la familia de las monimiáceas. Su follaje es perenne, de color verde alimonado y la mayoría de sus propiedades están en las hojas que tienen un fuerte aroma que se asocia al limón con alcanfor.

Las principales propiedades medicinales del boldo se centran en su poder digestivo. Florece entre los meses de agosto y septiembre en racimos pequeños de color blanquecino. Su fruto es comestible y su corteza es rica en taninos.

Con las hojas de boldo se preparan infusiones para problemas biliares y hepáticos, pero también son inductoras del sueño por lo que tienen un efecto sedante.

Es rico en aceites esenciales y terpenos como el cineol (actúa como protector de la mucosa gástrica/ antiinflamatorio), el eucaliptol (antibacteriano /fungicida/repelente) y el ascaridol (antiparasitario). Posee un alcaloide (la boldina) que actúa como estimulante del hígado y la vesícula y que también tiene efecto diurético y puede colaborar tanto en la prevención como en la recuperación de enfermedades del tracto urinario.

Además, tiene flavonoides que protegen el corazón y los taninos de su corteza son antioxidantes.

El boldo no se recomienda en tratamientos prolongados. Para indigestiones o problemas hepáticos debe tomarse una taza tibia antes y luego de las comidas. La proporción para una infusión es de sólo dos hojas frescas o una cucharadita de hojas secas en una taza de agua. Para ello hay que hervir agua, dejar que deje de burbujear, agregar las hojas y tapar el recipiente para repose y que no se evaporen sus principios activos. Una vez que se entibió la preparación se puede consumir.

Contraindicaciones

La infusión de boldo está contraindicada siempre en los siguientes casos: durante el embarazo no se utiliza por su contenido de alcalaoides y porque puede tener un efecto abortivo. Por esa misma razón no se debe ingerir durante el período de lactancia para no pasar sus componentes a la leche materna.

Los niños tampoco deben ingerir infusión de boldo y tampoco pueden tomarla las personas con enfermedades hepáticas graves porque puede empeorar el cuadro. Lo mismo se recomienda para personas con cálculos en la vesícula biliar o con enfermedades renales.

Como el boldo puede potenciar los efectos anticoagulantes, no se recomienda en personas que están medicadas con fármacos anticoagulantes porque puede aumentar el riego de hemorragias.

¿Y el falso boldo?

En cuanto al “falso boldo” (vamos a llamarlo así), se trata de una planta de la familia de las lamiaceae (entre las que se encuentra por ejemplo la menta, el incienso o la planta del dólar). Sus hojas son carnosas, de un verde intenso.

Entre sus propiedades curativas también se utiliza para eliminar parásitos, purificar el hígado y el estómago. Favorece la eliminación de gases, tiene propiedades antiulcerosas, digestivas y hepatoprotectoras, entre otros beneficios. Sin embargo, si no se consume en la dosis adecuada puede tener efectos adversos y contrarios al bien que con su consumo se pretende obtener. Incluso un uso prolongado de altas dosis puede provocar intoxicaciones agudas que deriven en la muerte de la persona.

Antes de ir a las indicaciones, es necesario aclarar que al igual que el boldo, el “falso boldo” no se debe suministrar a niños, embarazadas y personas con problemas severos de estómago o hígado. El ascaridol es el principio activo que es tóxico a largo plazo y en dosis elevadas.

Por esa razón sólo se recomienda ingerir la infusión de sólo 3 o 4 hojitas en casos de indigestiones, estreñimiento y afecciones hepáticas leves en adultos sanos, a razón de una taza por día en un lapso de tres o cuatro días y luego interrumpir su consumo al menos por un tiempo similar y no superar los tres meses de uso continuo.

Para la infusión basta con hervir agua, agregar las hojas limpias (frescas o secas) y dejarlas en un recipiente tapado durante unos 15 minutos. Luego se cuela y se bebe tibio.

Si tenés esta planta, habrás notado su olor penetrante, lo que funciona como un excelente repelente natural para insectos y animales. Tampoco te asustes y vayas corriendo a sacar la planta. Por el contrario, al ser de fácil mantenimiento es una planta ornamental muy bonita y que además, te puede sacar de la clásica “pataleta al hígado” si la usás consciente de sus limitaciones.

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