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Natural no es sinónimo de inocuo: el uso responsable de las hierbas y plantas medicinales

Aspectos y conceptos a tener en cuenta a la hora de utilizar fitoelementos para el cuidado personal.

Por Chama M. Nóbile

Existe una idea generalizada de que cualquier elemento proveniente de la naturaleza es inocuo y beneficioso en relación a los de síntesis química. Pero en realidad no siempre es así y es un factor muy importante a tener en cuenta en días donde por las redes circulan soluciones casi mágicas basadas en el consumo de vegetales, hierbas o especias y se demoniza a todo lo que no sea “natural”. Lejos de aceptar el uso de productos artificiales que emulan a los naturales, hay elementos químicos que son imprescindibles a la hora de elaborar cosméticos o remedios caseros.

Me considero una defensora a ultranza de la medicina herbal, del uso de plantas o sus principios activos para tratar alguna dolencia o para potenciar el efecto de un cosmético o preparado natural para la belleza del cuerpo, la salud o la tranquilidad del alma. Sin embargo, sería imprudente sentenciar que todas las plantas le hacen bien a todo el mundo. Ya que su uso responsable debe hacerse con un estrecho conocimiento de sus beneficios o contraindicaciones.

Hay hierbas y especias que son excelentes para tratar determinadas afecciones, pero que no todos pueden consumirlas. Especialmente los niños o las embarazadas. Pero además, hay condiciones de salud como la diabetes o la presión alta, por ejemplo, que no resisten la combinación de ciertos elementos naturales que para otras personas son como un elixir para la buena vida.

Medicinas milenarias

Si vamos un poco más allá del conocimiento académico occidental del uso de las plantas, veremos que tanto para la medicina china, en las comunidades originarias de América o en la India con el Ayurveda, cada persona tiene cualidades y composiciones físicas que harán que ciertos elementos naturales actúen positivamente, mientras que otros tenderán a agravar el problema. Además, este tipo de medicina siempre va acompañada con otras terapias complementarias como la digitopuntura, los masajes o procesos de desintoxicación del organismo.

Como ejemplo puedo citar que últimamente está muy en boga el uso de la raíz de jengibre que tiene muchísimas propiedades para tratar afecciones respiratorias y estomacales. Sin embargo, no se recomienda su consumo a personas que estén medicadas con remedios de síntesis química para la presión alta, ya que su ingesta baja naturalmente el nivel de la presión sanguínea y en una persona medicada puede desencadenar desmayos o inconvenientes más graves.

Otro caso puede ser el de combinar la valeriana, pasionaria o mburucuyá con medicamentos antiepilépticos o ansiolíticos. De acuerdo a estudios realizados en España “[La Valeriana] podría potenciar el efecto sedante de la medicación y multiplicar las posibilidades de efectos adversos no deseados”.

Si sos amante del poder medicinal de las plantas siempre es bueno aprender del conocimiento con cierta base científica. Es decir, hay saberes ancestrales sobre el uso de tal o cual elemento para tratar tal o cual afección, pero siempre es bueno tener el aval de la ciencia para asegurar el éxito de un tratamiento. Reiteramos el concepto del título de este artículo: lo natural no es sinónimo de inocuo.

Conocimientos previos

Además, hay que familiarizarse con las hierbas, saber diferenciar a las que son parecidas pero no son lo mismo y pueden desencadenar serios problemas si se las confunde. Por otro lado, debemos conocer el significado de cierta terminología que abunda en las descripciones de los beneficios y contraindicaciones del uso de hierbas o vegetales para establecer si su efecto será benéfico o contraproducente.

Aquí les dejo una serie de términos un poco enrevesados, pero con sus correspondientes definiciones, para que puedan conocerlos y saber de qué se trata cuando leemos un prospecto o adquirimos alguna hierba en las herboristerías o dietéticas. Se recomienda a las personas que no reconocen fehacientemente las diferencias entre plantas similares de aspecto, pero de cualidades diferentes, a buscar el material en tiendas dedicadas al rubro y no hacerlo por cuenta propia para evitar accidentes. Además, antes de iniciar cualquier tratamiento, es necesario consultar al profesional médico para asegurarse de que no sea “peor el remedio que la enfermedad”.

Glosario

Abortivo: Que provocan el aborto, la expulsión del feto prematuramente. Afrodisíaco: Que estimula el deseo sexual. Alucinógeno: Que provoca alucinaciones. Anafrodisíaco: Que calma el apetito sexual. Analgésico o anodino: Que calma o quita el dolor. Anestésico: Que atenúa o quita la sensibilidad. Antibiótico: Que entorpece, interfiere o anula el metabolismo y el desarrollo de ciertos organismos patógenos o no. Anticuagulante: que impide la coagulación de la sangre en el interior de los vasos sanguíneos. Anticonceptivo: Que evita o impide que tenga lugar la fecundación. Anticongestivo: Que disminuye o quita la congestión. Antidiarreico: Que combate y corta la diarrea. Antídoto: Que neutraliza la acción de los venenos. Antiemético: Que previene el vómito. Antiespasmódico: Que combate los espasmos, las contracciones, calambres o convulsiones. Antiespástico: Calmante de los dolores musculares. Antiglucemiante: Que reduce el azúcar en sangre. Antihelmíntico o vermífugo: Que expulsa los parásitos. Antihemorrágico, coagulante o hemostático: Que favorece el cese de la sangre, que corta la hemorragia. Antihemorroidal: Que resuelve las hemorroides o calma su dolor. Antiinflamatorio: Que disminuye inflamaciones. Antimicribiano: Que impide o reduce la formación de los microbios. Antineurálgico: Que sana las neuralgias. Antiofídico: Antídoto contra la picadura de serpiente venenosa. Atipirético: Que provoca el descenso de la fiebre. Antiséptico o desinfectante: Que combate la infección. Antitusígeno o béquico: Que combate o calma la tos. Aperitivo: Que abre el apetito. Astringente o estíptico: Que aprieta, estrecha o contrae los tejidos orgánicos.

Balsámico: De olor dulce debido a la presencia de ácidos benzoico y cinámico.

Calmante: Que calma. Cardiotónico: Que aumenta el tono del músculo cardíaco. Carminativo: Que favorece y provoca la expulsión de los gases intestinales. Catático: Purgante poco violento, laxante. Cauterizante o cicatrizante: Que estimula la cicatrización de heridas. Colagogo: Que provoca y favorece la expulsión de la bilis. Colerético: que estimula la secreción de la bilis por el hígado.

Demulcente o emoliente: Que forma una capa sobre la piel que refresca y mitiga la irritación y protege del contacto con agentes externos. Depurativa: Que depura o purifica, sobre todo la sangre. Descongestivo: Que descongestiona o libera de sustancias perjudiciales a diversos órganos. Detergente: Que sirve para limpiar heridas y llagas. Diaforético o sudorífico: Que provoca sudoración. Digestivo o eupéptico: Que facilita la digestión y la asimilación de alimentos. Diurético: Que aumenta la cantidad de orina.

Emenagogo: Que provoca las menstruaciones. Emético: Que provoca, excita y favorece el vómito. Energético: Que estimula las energías. Epispático o Vesicante: Que irrita, causa ampollas o vesículas. Estimulante: Que estimula, activa o despierta una actividad del organismo. Estomáquico: Que ayuda al estómago. Estomático; Que cura las enfermedades de la boca. Estrógeno: Que activa las funciones sexuales femeninas. Expectorante o mucolítico: Que provoca y facilita la expulsión del catarro bronquial.

Galactógeno: Que favorece la secreción láctea. Galactófugo: Que detiene la secreción de la leche.

Hemolítico: Que destruye los hematíes o glóbulos rojos. Hidragogo: Que provoca evacuaciones acuosas. Hipnótico: Que facilita y provoca el sueño. Hipotensor: Que disminuye la presión sanguínea.

Laxante: Purgante suave.

Midriático: Que dilata la pupila. Miótico: Que contrae la pupila.

Pectoral: Que cura las enfermedades y las inflamaciones del aparato respiratorio. Placebo: sustancia inerte o inofensiva que se administra a un paciente para complacerlo psicológicamente, fingiendo darle un medicamento efectivo. Profiláctico: Que sirve para prevenir la difusión de una enfermedad. Purgante: Que provoca la evacuación intestinal.

Resolutivo: Que resuelve un mal. Rubefaciente: Que llama la sangre a la superficie de la epidermis.

Sedante: Que modera la excitación tanto nerviosa como muscular. Calmante. Sialógeno o silagogo: Que estimula la secreción salivar. Sinergia: Acción simultánea de dos o más principios medicinales que frecuentemente intensifica o potencia la acción farmacológica de los componentes por separado.

Tenífugo: Remedio contra la tenia (solitaria). Tónico: Que excita la actividad orgánica. Tranquilizante: Que disminuye la tensión acumulada y relaja.

Vasoconstrictor: Que provoca la constricción o estrechamiento del diámetro de los vasos sanguíneos. Vasodilatador: Que dilata la musculatura lisa de los vasos sanguíneos. Vulnerario: Que cura heridas o llagas.

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