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lunes, octubre 14, 2024
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Un método reproductivo sin dilemas éticos

Por Dra. Alejandra Echevarría, médica general y familiar y consultora de NaProTecnología

Hoy conocemos una nueva tecnología procreativa natural. Es la traducción del inglés que significa “Tecnología Procreativa Natural” y es la medicina que se aplica para el estudio, cuidado, diagnóstico y tratamiento de la salud reproductiva. El objetivo que persigue es restaurar las funciones y anatomía del aparato reproductor, tanto femenino como masculino, y así devolver la salud y capacidad procreativa de la pareja.

Nació en los años ´60 de la mano del doctor Thomas Hilgers. Cuando era estudiante de medicina, cursando el 4to año de la carrera específicamente la materia ginecología, notó que había un déficit o deuda en cuanto al estudio de la función de la anatomía y procedimientos en diagnóstico y tratamiento para el cuidado de la salud reproductiva femenina. Además, el contexto lo ameritaba, ya que se había creado la píldora anticonceptiva que perseguía, en primer lugar, una función de control de la natalidad, pero además con su estudio se convirtió en una forma de tratamiento para los problemas de salud femenina.

De forma paulatina, Thomas Hilgers estudió el ciclo reproductivo de la mujer y descubrió los posibles errores o problemas de salud que sufre en su proceso de ciclo menstrual y ocasionan problemas ginecológicos o de infertilidad. Esto lo hizo estudiar más a fondo este tema con el fin de poder brindar a la mujer y a la pareja procedimientos diagnósticos y terapéuticos respetuosos de los procesos fisiológicos, en contrapartida a la píldora anticonceptiva que suprime los procesos. El doctor quería ayudar a los problemas de salud ginecológicos y reproductivos conservando las funciones reproductivas.

Método Creighton

A partir de estudios clínicos y observaciones, Hilgers desarrolló un método de observación y monitoreo de la salud reproductiva a través de biomarcadores, como ser la menstruación o el moco vaginal, por poner ejemplos. Advirtiendo su cantidad, color, días de duración, en fin, cambios y características, se puede predecir y tener idea de cómo es el funcionamiento de las hormonas y el ciclo de la mujer. Por eso, el diagnóstico, proceso de estudio y tratamiento de cada paciente es individualizado y personalizado, ya que su propio registro es único.

Así, este método de estudio, tratamiento y cuidado de la salud reproductiva y ginecológica individual de la mujer y pareja se conoce con el nombre de Modelo Creighton. El mismo es enseñado por una instructora formada en el instituto San Pablo VI en los Estados Unidos. Viajar hasta aquel país para recibirlo es la única forma, porque es una marca registrada.

Utiliza los métodos diagnósticos y de tratamientos de la medicina actual, pudiendo ser farmacológicos o quirúrgicos. Se aplican según la necesidad, y el primero pueden ser hormonas, antibióticos, vitaminas, mientras que los tratamientos quirúrgicos se toman como medida si es importante restaurar o corregir un proceso anatómico del hombre o la mujer que produce sub o infertilidad.

La doctora Echevarría

Este método trata las alteraciones ginecológicas del ciclo menstrual de la mujer -ciclos largos, cortos, con sangrados prolongados, con quistes, endometriosis, flujo contínuo, dolores menstruales intensos, etc.- que se constituyen como razones por las cuales las mujeres consultan a médicos NaPro para reestrablecer la salud ginecológica. También trata específicamente alteraciones en la reproducción. En este caso, las consultas de infertilidad tienen sus causas más frecuentes en disfunciones ovulatorias, endometriosis, obstrucción de trompa de Falopio, alteraciones espermáticas, alteraciones hormonales que afectan la ovulación. También descubre las causas en los casos de infertilidad sin causa aparente, los casos de abortos espontáneos y partos prematuros.

Cuando se restaura la salud, una vez que se encuentra con optimización el órgano reproductor, la concepción es de forma natural, en una relación sexual sin mediar otra técnica de reproducción alternativa. Por eso no constituye dilemas éticos.

El equipo para el tratamiento se conforma por la pareja y el médico NaPro o instructor del modelo. Son necesarios los tres, porque todos los estudios diagnósticos y el tratamiento se van a bazar en lo que indican los biomarcadores, como medio para la búsqueda o el monitoreo del tratamiento. Por eso, la base del método es la formación de la mujer, para que sepa cómo registrar los biomarcadores, lo que la lleva a comprender todo su ciclo menstrual y su ventana de fertilidad, que es el momento donde pueden concebir, ayudando a su planificación familiar.

La tasa de efectividad de la NaPro tecnología es de 50% del número total de parejas atendidas por infertilidad, tomando un plazo de dos años. Quienes son fértiles logran el embarazo durante los 6 meses primeros de tratamiento. Si pasa este tiempo y no logran el embarazo, se comienzan los estudios de infertilidad y diagnósticos.

También es necesario tener en cuenta los factores de infertilidad. La edad de la mujer es uno de ellos, a diferencia del hombre, después de los 35 baja la calidad de los óvulos. Otro factor a evaluar se relaciona a la salud del óvulo, de las trompas y del útero, sobre todo la implantación y el endometrio, la del cérvix o cuello uterino, poniendo atención en el moco cervical. En el hombre, el espermatozoide debe ser sano, puede tener problemas de hormonas, nutricionales, el tabaquismo y la ingesta de alcohol, todo ello puede incidir.

Los costos dependen de las obras sociales, pero los estudios correspondientes al diagnóstico y tratamiento se plasman dentro de la ley de Fertilización Asistida. La consulta a NaPro es particular, con una atención particular que dura aproximadamente una hora reloj entre información recabada y la educación que se le brinda a la pareja.

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