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El día que D10s bendijo Totoras

En una cruzada solidaria el astro pasó por la ciudad y marcó a fuego a sus habitantes que aún rememoran anécdotas del histórico encuentro. Recuerdos del fotógrafo Daniel Cardaci

Por Faustina Plano

El 6 de mayo de 1995, un tal Diego Armando Maradona llegaba a la ciudad de Totoras para jugar un partido a beneficio de Hernán Fonseca, quien era jugador de Unión Fútbol Club y había perdido sus piernas en un accidente automovilístico. La revolución de esa visita fue tal, que 26 años después, siguen quedando historias por contar.

Fue Juan Amador Sánchez, totorense que vistió las camisetas de Boca y River, quien decidió organizar un partido en beneficio de un ex arquero del club que había sufrido un grave accidente que lo imposibilitaba volver a las canchas. Para eso, llamó a un viejo amigo,
que no dudó un segundo en aceptar la propuesta.

JUGADOR. Maradona en su lugar en el mundo: la cancha y la pelota.

La historia de esa dichosa tarde en suelo totorense, fue contada por medios de todo el país como también por la prensa internacional. Muchos diarios, programas televisivos y revistas, se nutrieron de los medios locales para difundir la noticia. Sin embargo, la foto de un joven aficionado que retrató el instante en que Maradona susurró al oído de Hernán “Mis piernas son tus piernas”, recorrió el mundo entero.

Daniel Cardaci es de Rosario, sin embargo, hace más de 20 años que está radicado en Totoras. Desde muy joven se mostró interesado en la fotografía, participó de muchos concursos e incluso obtuvo algunos premios, aunque para él, no tenían demasiado sentido.

Siempre disparó con su lente por lo que pensaba y sentía, no por la lógica de un jurado.
“Se dio que mi mujer consiguió trabajo en Totoras, entonces nos vinimos a vivir acá. Para no perder el lazo con la fotografía, me uní a la peña fotográfica de la ciudad. Cuando anunciaron que podía venir Maradona dije: yo quiero ir a sacarle fotos a Diego, no puedo perderme esto. En total fuimos tres fotógrafos en la cancha”, comenzó relatando Daniel a El Impreso del Oeste.

La espera

Era un sábado de sol en la pequeña ciudad de Totoras, los rumores de la llegada del Diego corrían, pero nadie los confirmaba: “Hasta último momento estábamos todos pensando ¿Vendrá o no? Diego venía de una etapa muy volátil, hasta Juan Amador Sánchez estuvo esperándolo en la Panamericana más de una hora asustado viendo si aparecía o no”, aseguró entre risas Cardaci.

Un poco más tarde del horario acordado, Maradona llegó al encuentro de Juan Amador para emprender el camino rumbo a Totoras.

EL AUTOR. Daniel quiso retratar a Maradona “siendo Maradona”.

El organizador del partido, buscó el teléfono fijo más cercano para poder avisar al club que el partido se iba a realizar fuera del horario pactado, pero con la presencia del 10 argentino. Al no haber teléfonos celulares, todo se movió por el boca en boca. Más allá de que había mucha gente que sabía que se podía dar la llegada de Diego, otras personas no llegaron a enterarse y se perdieron la presencia del astro en la cancha de Unión.

El gesto del 10

Apenas comenzó a trascender la noticia, medios de comunicación de otras ciudades empezaron a llegar hasta el natatorio parque, donde se realizaba la conferencia de prensa.

CON LOS PIBES. El ídolo dedicó un momento especial a los pequeños.

Daniel, quien se encontraba sacan do fotos en ese momento, vio cómo los periodistas de los medios masivos, con más experiencia, comenzaron a interrumpir, adueñándose de la conferencia. En el instante que Maradona notó esto, tomó el micrófono y dijo: “Yo estoy en Totoras, invitado por amigos de esta ciudad y quiero brindarme con los periodistas de Totoras”, dándole una oportunidad inédita a los jóvenes que hacían prensa para la ciudad en aquella época. “Todavía lo pienso y se me pone la piel de gallina: ¿Entendés que el tipo era el mismísimo Maradona e hizo callar a todos los periodistas del país?”, expresó emocionado Daniel.

La misión

“Los fotógrafos pudimos estar para sacar fotos tanto en las conferencia de prensa como cuando se le dio un lunch, en el único lugar que no estuve fue en el vestuario porque prioricé estar en la cancha para fotografiarlo cuando los más chicos del club lo esperaban para hacerle un callejón de honor. Fotos de Maradona en el vestuario hay un millón, fotos del Diego en la cancha de Unión, no había.”

EL GESTO. Una de las tomas de juego que más le gustó al fotógrafo.

“Elegí sacar imágenes de actitu des de él. Una foto que me gustó mucho fue la que le saqué haciendo gesto a los árbitros y otra que se le ve el arito del diente de su hija. Jugando al fútbol hay muy pocas, fotos siendo Maradona en Totoras, muchas”, expresó convencido.

El momento indicado

“Teníamos 36 fotos por rollo, y con los costos que siempre fueron altos, tres rollos era una locura. Ese día saqué un poco más de 100 fotos. Tengo muchas imágenes que son sociales, de gente que quería tener un recuerdo con el Diego que nunca compartí porque son muy personales. Nunca comercialicé fotos, no me interesa”, aseguró el fotógrafo.

“Nuestras posibilidades de sacar fotos eran limitadas, por lo tanto, uno no disparaba por disparar. Todo eso se manejaba estudiando bastante, conociendo muy bien la cámara, de digital no había absolutamente nada. Se disparaba componiendo en el visor y teniendo la cámara lo mejor regulado que se podía”, afirmó.

“El día que saque fotos cuando vino Maradona, no había segunda oportunidad, era lo que había, vos sacabas una foto y tenía que servir, tenía que contar una historia”, aseveró. “Soy bastante obsesivo con guardar los archivos, así que aún tengo los negativos de aquella vez que son los que escaneé y publiqué en mis redes hace poco menos de un año. Tuve que sacarle pelusas porque estuvieron guardados más de 20 años. Los escaneé y le busqué la
vuelta para encontrar el enfoque, porque no es lo mismo digitalizar en un laboratorio que en casa. Pero son más que dignas como imágenes”. Estas fotos generaron una revolución en las redes sociales.

La imagen

“Todavía no tomo dimensión del registro que tengo. En el momento que Maradona se arrimó a Hernán no tenía ni idea lo que iba a suceder, ya que no había ninguna pauta, no había nada charlado previamente, solo me acerqué y pude sacar una de las fotos más importantes: cuando hacen el intercambio de camisetas y Maradona se va poniendo la camiseta de Unión y expresa: ‘Mis piernas son tus piernas’. Esas imágenes trascendieron un montón, nunca lo pensé cómo algo más que un lindo recuerdo para él club.”

Hoy, la fotografía recorre el mundo y se encuentra en el museo de Maradona. Además, el club lo tomó como una de sus banderas y hoy es parte de la camiseta centenario de fútbol mayor, donde se ve en una de las mangas la icónica silueta del 10 corriendo con la casaca celeste:

“Cuando vi a Diego que venía corriendo con la pelota y la camiseta de Unión, disparé. Fue levantar la cámara y sacarla. En el momento no tomé dimensión de todo lo que se veía en esa foto. Ahora la miro y digo: ¡Qué foto esta de Maradona. Estaba en su plenitud, venía corriendo con la pelota y con la camiseta de mi club, increíble”.

Lo que significó Diego

“Fuera de la cancha fue un tipo con ideales, no se los guardó. Eso no es común en los tipos que están en la élite. Hay que analizarlo en contexto, Maradona nace en la villa pobre, entre los pobres, marginado. Se cansó de escuchar desprecios de la clase media alta y cuando él toma protagonismo se pudo dar el gusto de decirle a esa gente ‘ustedes que me basteardearon, ahora me están besando los pies’. La Villa no es fácil, pero Maradona lo superó.

El 10 atendió a los medios totorenses.

Tuvo errores, como todos los seres humanos. No se puede separar a Maradona de adentro que de afuera de la cancha. Toda la gente humilde se sentía representada por un tipo que salió de su nivel, llegó a lo más alto y no se olvidó.”, expresó emocionado Daniel. “Ningún tipo con la fama que tenía él vendría hoy a jugar un partido a beneficio. El lo sentía, nunca lo hizo por marketing. Pasa el tiempo y cada vez valoro más las fotos, pero no por el mérito fotográfico, sino porque cada una de ellas cuenta una historia importante para Totoras y la región”.

“Su fama en el fútbol, fue lo queme llevó a buscar otro tipo de fotos ese día. Jugando al fútbol había un millón, yo quise registrar otra cosa, a otro Diego: el Maradona popular”, finalizó.

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